Por Arnulfo Batta

¿Por qué es importante hablarle a lxs jóvenes sobre porno y cómo empezar a tener esta conversación?
Ya sea por accidente o con intención, lxs adolescentes están más expuestos que nunca a contenidos porn*gráficos. En un país como México, con un enorme problema estructural de violencia de género y de agresiones sexuales, la falta de diálogo en torno a la porn*grafía no es ninguna coincidencia.
Hay algunos datos que no debemos pasar por alto:
Hoy en día la edad promedio del primer consumo de contenido porn*gráfico es a los diez años.
1/3 del movimiento de información en internet es porn*. ¡ASÍ ES, UN TERCIO!
El porn* convencional es ficticio, violento, alejado de la realidad, homofóbico y tipifica a las minorías negras, asiáticas, árabes y latinas como exóticas.
La educación sexu*l desde la falta de diálogo, la vergüenza y la culpa no funciona, nunca lo ha hecho y nunca lo hará.
A falta de una buena educación sexu*l lxs adolescentes acuden a la porn*grafía para informarse.
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¿Por qué es importante hablar de esto con les más peques?
Cualquier niñx con internet puede acceder a este contenido, y en muchas ocasiones es su primer acercamiento al sex*. Esto es muy peligroso, no porque “sea pecado”. Sino porque estas interpretaciones tienden a ser muy violentas (especialmente contra la mujer), poco certeras y exageradas. Los ojos inexpertos de tu hijx lo pueden interpretar erróneamente como algo realista. En la mayoría del contenido no se habla de consentimiento, no se promueve el uso de métodos de protección y se usan intérpretes que fijan estándares físicos y de rendimiento irreales, tanto para hombres como para mujeres.
En la mayoría de los videos heterosexuales se promueve la gran mentira de que las mujeres pueden llegar al org*smo únicamente a través de sex* penetrativo y sin estimulación del clítoris. Como si solo hubiera una forma de dar placer. El porn* gay y lésbico no se salvan de esto. También promueven prácticas insanas y poco salubres. Específicamente en el caso del porn* lésbico, que muchas veces es interpretado por actrices heterosexuales que realizan actos muy alejados al sexo real entre dos mujeres. De por sí la educación sex*al para jóvenes LGBT+ es inexistente en las escuelas, el porn* habitual es particularmente dañino para nosotrxs.
En general el porno que encontramos en páginas como PornHub o YouPorn desinforma. Fomenta la idea de que el sexo es intuitivo y que no hay diálogo entre las personas que forman parte del acto.
En sí el porno no es el problema, es la industria misógina que lo produce. Muchxs autoras feministas incluso sugieren que prohibirlo sería contraproducente. Como Caitlin Moran, que hasta sugiere que se puede lograr cierta libertad sexual para lxs usuarixs si este es producuido y consumido con responsabilidad. Debemos evitar hablar de él con culpabilidad y manipulación. Repito, todes lo van a ver eventualmente sí o sí, no importa la edad. Te guste o no, mejor eduquémonos entre todes.
¿Qué SÍ debemos enseñar a lxs adolescentxs?
A cuidar su cuerpo y el de lxs demás.
Comunicar sus deseos y necesidades (tengan pene o vulva).
No opinar sobre la vida sex*al de lxs demás.
Que el p*rno no involucra emociones ni sentimientos, el sexo real sí.
Sus cuerpos son perfectos tal y como son, sus compañerxs no lo pueden juzgar. Es normal tener vello y solo ellxs pueden decidir si quitárselo o no.
Deben diferenciar entre porn* dañino y sano (que promueve el consentimiento y expone a adultxs con cuerpos variados como iguales).
Nadie es un experto, como en los videos. Cada experiencia, cada persona, cada momento es diferente. Por eso es importante hablar.
Por último, el sex* se debe disfrutar y nadie lxs puede forzar a tenerlo como ellxs no quieran.
Sabemos que esta conversación puede ser incómoda, y por esta razón es evitada por muchxs. Pero es necesaria porque todes estamos expuestx al porno. Hazle a saber les demás que pueden acudir contigo por si tiene dudas, y si no sabes la respuesta, investíguenla con fuentes confiables. Se vale no saber en un inicio, lo que no se vale es desinformar. Y no hablar también es desinformar.
Por último, recuerda que una película de Marvel es más apegada a la realidad que una producción mainstream de P*rnHub.