Opinión de Luis Ruiz.

Hablamos mucho de comunidad: en junio, por ejemplo, celebramos que estar juntxs y cuidarnos entre todxs nos ha hecho sobrevivir. Ese mismo sentido de comunidad es el que ahora necesitamos, porque como todo, el COVID-19 daña de manera desproporcionada y cruel a las comunidades con menos privilegios.
Como el gran Larry Kramer hubiera querido, siempre es importante decir las verdades sin disfrazar: las personas que hablamos de comunidad, de apoyarnos entre todxs y de resistir para que ni una vida nos falte, caemos en una tremenda hipocresía cuando olvidamos todo eso y, protegidxs por privilegios económicos y sociales, desobedecemos las medidas sanitarias (aislamiento parcial, sana distancia y uso de cubrebocas) y aceleramos la transmisión de un virus que mata a muchxs, sobre todo (como siempre) a los grupos más vulnerados.
Sí, qué deli estar perreando en Puerto Vallarta o relajándote en Tulum, pero tu presencia ahí pone en riesgo a lxs pobladorxs de las localidades y a todas las personas con las que tendrás contacto durante los próximos días. Aquí no aplica el “hay que vivir un poco más”, no es momento de eso, aunque duela aceptarlo estamos en un momento de supervivencia y toca tratarlo así.
Nuestras acciones tienen un significado y comunican: en este momento, hacer fiestas o reuniones grandes y sin medidas sanitarias reales (un cubrebocas que te quitas a los diez minutos y un tapete en la entrada no cuenta) es decirle a tu comunidad que no te importa la situación. Sabemos que eres mejor que eso.
Y seamos honestxs: ir a fiestas no es necesario. Te puede gustar mucho, ajá, pero no te va a pasar nada si no vas. En cambio, las consecuencias de ir pueden ser trágicas, no sólo para ti, sino para todxs lxs demás. Es cosa de preguntarnos: ¿Vale la pena poner en riesgo a mi comunidad por unas horas de diversión? Si la respuesta es sí, sugiero revisar qué pedo contigo, tbh.
El encierro es desgastante. Todxs queremos celebrar, relajarnos, abrazar, tener vida sexual, divertirnos, ser libres y vivir bien, pero esta pandemia no es algo individual que podamos dejar en el pasado por puro deseo, es algo que nos está afectando a todxs sin excepción y que nos exige ser responsables, pacientes y cuidadosxs. Esto no ha terminado, así que busquemos la forma de estar bien sin descuidar las medidas sanitarias: te necesitamos, ¿le entras a ser y hacer comunidad?
No nos podemos dejar solxs, eso es una realidad. Esto no es una invitación a dejar de procurar a tus amigxs y volverte unx hermitañx, al contrario, cuidarnos, escucharnos, hacernos sentir queridxs es prácticamente una responsabilidad en este momento. Pero tenemos que ser creativxs y buscar formas de acompañarnos sin ponernos a nosotrxs y a otrxs en riesgo: videollamadas, reuniones de pocas personas en exterior y con cubrebocas, escribirnos, tenderle una mano de la manera que se pueda a quien lo necesite, mandarle una propinita a tu draga fav, etcétera.