El término en inglés “othering” hace referencia a la acción de considerar o representar a una persona o grupo de personas como quienes no son “une de nosotres” o “parte del club” y, por lo tanto, menos merecedores de respeto y dignidad que nosotres.
Esto ha llegado a extremos cuando, como ahora, se han propagado discursos que pintan como “el enemigo” a personas o grupos sociales minoritarios, para justificar acciones que, de alguna forma, les perjudican.
La historia nos ha demostrado en múltiples ocasiones lo peligroso de ver a ciertos grupos como “la otredad”.
Por ejemplo
en muchas partes del mundo se pintó a las mujeres como menos inteligentes que los hombres para justificar la prohibición de su derecho al voto y limitar su poder.
durante la epidemia del VIH/SIDA, se creó la idea de los hombres homosexuales como responsables de la crisis y personas peligrosas.
Actualmente, basta revisar las noticias para notar cómo siguen siendo replicados discursos que profundizan el sentido de “otredad” y pintan como “enemigues” a ciertos grupos vulnerables:
(ejemplos)
Esta técnica ha sido frecuentemente utilizada por grupos antiderechos para justificar acciones que afectan, disminuyen o eliminan los derechos de un grupo social minoritario. Por ejemplo, las personas migrantes son nombradas “amenazas” por ciertos gobiernos para justificar medidas violatorias de sus derechos humanos.
Deshumanizar a otros grupos, aunque la intención detrás de ello pueda parecernos válida, resulta en violencia, sufrimiento y odio. Apostar por un concepto amplio del “nosotres”, en lugar de un pensamiento de lucha de tribus, nos llevará a construir una sociedad en la que quepamos todes sin excepción.