Por Andrea Ramos

Dándonos una vuelta por el internet nos encontramos este tuit:
Vender y usar dildos de cualquier tipo, también es participar de la heterosexualidad. No necesitamos esas mierdas, ni plásticas ni cárnicas, disfrutamos bien solas.
Inspirada en este tuit quiero mostrarte diferentes maneras en las que puedes disfrutar de tu sexualidad sin caer en imposiciones heterosexuales y patriarcales.
Escúchate, disfrútate y conócete.
NADIE sabe mejor que tú lo que te gusta y lo que no te gusta y NADIE tiene derecho a decirte que no deberías disfrutar de algo. Que te digan que no deberías disfrutar de prácticas penetrativas es lo mismo que las religiones diciendo que no debes masturbarte porque diosito se pone triste. Diosita quieres que te disfrutes reina, hazlo como quieras.
Investiga y escucha a personas especialistas.
No todas las personas que estudiaron *algo* relacionado con sexualidad son expertas ni te ayudarán a ampliar tu panorama sobre el placer, pero hay muchas otras personas que sí. Mis recomendaciones personales: César Galicia, Alicia Delicia y Andi Martín del Campo; personas preparadas, incluyentes y que tienen plataformas de las que se puede aprender muchísimo.
Recuerda que en la variedad está la diversión.
Las posibilidades para nuestra vida sexual son inmensas y una de las partes más divertidas es experimentar con ellas. Esto NO significa que todo tenga que gustarte o que DEBAS probar absolutamente todo, pero sí mantener la puerta abierta a aquello que nos pueda generar curiosidad o “cosquillita”.
Está bien decir que no.
Siempre y en todo momento y hacia cualquier práctica sexual, individual o en pareja. Todo lo que vivas relacionado con tu sexualidad vívelo con ganas y con deseo; si no lo sientes está bien no querer intentar, repetir o continuar. El sí es esencial, pero debe ser un sí entusiasta.