Por Luis Ruiz

Marsha P. Johnson es considerada por muchas personas como la madre del movimiento LGBTQ+ a nivel global y era una mujer trans, activista, drag queen y figura importante en la comunidad durante la década de los 60 y 70.
La "P" en su nombre significa "pay it no mind", es decir, "no te preocupes por eso", que era lo que ella contestó al ser cuestionada por su identidad y al encontrarse con la injusticia cara a cara. Marsha fue constantemente hostigada por la policía de Nueva York.
En 1969, la policía entró al bar Stonewall Inn y arrestó de manera arbitraria a personas LGBTQ+ que festejaban ahí: Marsha, harta de la injusticia y el odio contra su comunidad, fue de las personas que, durante varios días seguidos, resistieron y se defendieron del abuso policial. Ese día nació, como lo conocemos, el movimiento por la liberación de las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans y de otras identidades queer.
A pesar de no tener muchos recursos, a Marsha se le apodó la "Santa de Christopher Street" por su incomparable generosidad hacia las personas LGBTQ+ de Nueva York. Dedicó su vida entera a ayudar a otres en su comunidad.
Conforme el movimiento LGBTQ+ fue creciendo y popularizándose, fue cada vez más protagonizado por personas blancas y cisgénero, y las personas trans (sobre todo las racializadas) fueron poco escuchadas, pero Marsha sabía que el movimiento del orgullo LGBTQ+ encuentra su fuerza en la colectividad y en velar por el bienestar de las personas menor privilegiadas, así que junto con su amiga Sylvia Rivera fundó STAR (Street Transvestite Action Revolutionaries), una organización que velaba por los derechos y necesidades de las personas trans y gay que no tenían un hogar, mayoritariamente afroamericanxs y latinxs.
Tristemente, Marsha desapareció y su cuerpo fue encontrado seis días después en 1992. En ese momento, la policía declaró que había sido un suicidio, sin embargo muches de sus amigues nunca se creyeron esta versión, pues los ataques a personas trans eran (y, tristemente, son) muy frecuentes.
El legado de Marsha es amplísimo: no solamente porque fue pieza clave en la revuelta que inició nuestro movimiento, sino también porque inspiradas en su ejemplo, hoy muchas personas LGBTQ+ dedicamos nuestras vidas a resistir ante la opresión cotidiana y la violencia normalizada.
Nunca olvidemos que hoy gozamos del reconocimiento de cada vez más derechos gracias a los esfuerzos colectivos de una comunidad diversa y disidente, y que fue una mujer trans afroamericana una de las personas clave para sentar las bases de los históricos logros de nuestra comunidad. Que el ejemplo de Marsha y su radical creencia en la lucha colectiva, de todxs y por todxs, nos inspire siempre.