Quizás muches jóvenes LGBT+ no lo sepan, pero en la década de los 80 los hombres gay, bisexuales y las mujeres trans se vieron ampliamente afectades por la pandemia del VIH/SIDA: el estigma, la incertidumbre y la probabilidad de la muerte se volvieron parte de su realidad.
Mientras los hombres gay/bi y mujeres trans sufrían exclusión diaria (algunes profesionales de la salud se negaban a atenderles) y veían a sus amigues y amantes morir masivamente, grupos de mujeres lesbianas comenzaron a organizarse para ayudar y acompañar a quienes sufrían y padecían el virus y la enfermedad que provoca.
En 1983 Estados Unidos empezó a prohibir que los "hombres que tienen sexo con hombres" donaran sangre, impidiéndoles apoyar a quienes como consecuencia del SIDA padecían de anemia severa.
Ese mismo año se constituyeron las San Diego Blood Sisters , un grupo de mujeres lesbianas que organizaron jornadas de donación de sangre para asegurarse de que esta nunca fuera insuficiente para los hombres bi/gay y mujeres trans que padecían por el VIH/SIDA.
Las mujeres lesbianas, históricamente invisibilizadas y marginadas, se convirtieron en heroínas durante la crisis del VIH/SIDA, siendo activistas, cuidadoras y manteniendo vivo el sentido de comunidad en un tiempo en el que era sumamente necesario.
De estas mujeres y su entrega durante la crisis, aprendemos la importancia de cuidarnos entre todes y de ser comunidad para protegernos de la violencia estructural, el odio y las desigualdades.