Por Greta Ángel

Entrar a redes sociales, mirar noticieros o programas de farándula estos días se traduce a escuchar comentarios como: “Es que ¿por qué toman hasta perderse?” “¿Por qué andaban solas de noche?” “Por cómo se visten, lo están pidiendo”. Estos comentarios no solamente son extremadamente ignorantes, sino que generan daños reales para todas las víctimas de delito. A esto se le conoce como revictimización.
Se le llama victimización al primer acto donde se comete el delito, cuando una persona es agredida. Desde ese momento, la persona que padeció el delito ya sufre daños por ese mismo hecho, ya sea físicos, psicológicos, emocionales, económicos, etcétera.
La revictimización o victimización secundaria se da cuando la misma víctima, aparte del ocasionado por el delito, sufre daño posterior causado por los impartidores de justicia, por la policía, jueces, voluntarios y trabajadores del sistema penal, y por la misma sociedad, incluyendo familiares, comunidades o medios de comunicación. Se entiende como la experiencia que victimiza a una persona en dos o más momentos de su vida, es decir, la suma de acciones u omisiones que generan en la persona un recuerdo victimizante colocando cargas y responsabilidades no reales sobre las misma.
El temor que existe de ridiculización, culpabilización, minimización e indiferencia hacia las víctimas genera perjuicios sociales enormes que van desde la desincentivación a la denuncia, la falta de credibilidad en el sistema de justicia, la impunidad hasta el rompimiento del tejido social.
Seamos conscientes del daño que generamos con nuestras palabras y con lo que respaldamos a través de lo que consumimos en materia de entretenimiento. Asumamos nuestra responsabilidad y rompamos el patrón.