Por Luis Ruiz

Es muy importante hablar de orgullo, de aceptación, de libertades, de amor. Definitivamente. Pero muchas veces desde el activismo LGBTQ+ se nos olvida contemplar que la exclusión, marginación y violencia que vivimos las personas de nuestra comunidad no es un problema meramente individual que se solucione con la “aceptación” como concepto sentimental y abstracto, sino que es un problema de un sistema que solamente beneficia a unos cuantos, sobre todo a quienes más se acercan al falso “ideal”: hombres blancos, cisgénero, heterosexuales y que no viven con alguna discapacidad. Ese sistema empobrece sistemáticamente a quienes no cabemos en ese molde.
Hoy te compartimos algunas razones por las cuales para el movimiento LGBTQ+ es fundamental luchar contra la erradicación de la pobreza para todas, todes y todos.
Las personas de la diversidad sexual y de género somos empobrecidas por el sistema.
Los índices de pobreza de las poblaciones LGBTQ+ son superiores a aquellos reportados por las personas heterosexuales y cisgénero: según un estudio realizado en Estados Unidos por la UCLA, 22% de las personas LGTBQ+ encuestadas reportaron vivir debajo de la línea de pobreza, mientras que el 16% de las personas heterocis reportaron lo mismo. La situación, según esta fuente, es especialmente crítica para les trans y las mujeres bisexuales, que presentaron un porcentaje aún mayor (30%) de personas en situación de pobreza.
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Dificultades para acceder al trabajo = empobrecimiento sistémico.
La Organización Internacional del Trabajo ha documentado muchos casos de personas LGBTQ+ que han declarado no ser admitidas para un empleo debido a su orientación sexual y/o identidad de género. El caso de las personas trans es especialmente crítico, en muchos casos llegando al extremo de ser completamente excluidas del empleo formal: “Por ello, en algunos países, la única estrategia de supervivencia que les queda es el trabajo sexual, frecuentemente en condiciones peligrosas (...)”
La discriminación empobrece.
El hecho de que muchas personas LGBTQ+ tengamos complicaciones enormes para acceder al empleo, nos lleva no solamente a ejercer trabajos en condiciones de riesgo y marginalidad, sino a no poder conseguir los recursos económicos necesarios para vivir plenamente. Aceptarnos y amarnos es fundamental, pero no suficiente: un cambio estructural que acabe con las desigualdades económicas es clave para que la dignidad de todxs sea respetada y garantizada.
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La lucha LGBTQ+ es la lucha por el fin de TODA discriminación y violencia.
Quienes lucharon en las revueltas de Stonewall fueron personas empobrecidas, muchas de ellas en situación de calle y afectadas por el racismo y la misoginia del sistema. Por lo tanto, el orgullo LGBTQ+ está enraizado en la lucha contra todas las desigualdades, incluidas las económicas. Eso nos lleva a notar que nuestro movimiento no se enfoca exclusivamente en que se reconozcan y acepten todas las orientaciones sexuales e identidades de género, sino que busca que todes, todas y todos seamos verdaderamente libres. ¿Libres de qué? De la discriminación, del odio, de la violencia, de la negligencia, de la invisibilización y, por supuesto, de la pobreza