Por Juan Mascorro

Si hay una palabra que estoy seguro han leído una y mil veces en nuestros posts es “Aliade”, pero ¿qué es un aliade?
Llamamos aliadx a toda persona que no pertenece a la comunidad LGBTIQ+, pero que respeta y acepta nuestra orientación, identidad y expresión de género y que además, es parte activa en la búsqueda de nuestros derechos.
Nótese que la palabra “activa” está resaltada en el párrafo pasado. Es porque es la parte más importante.
Cuando nos gritan o atacan en la calle por cómo nos vemos o por expresar nuestro afecto, cuando nos niegan oportunidades laborales o derechos básicos por nuestra identidad de género, cuando somos blanco de burlas y de comentarios violentos, usualmente se piensa que hay dos opciones: unirte a la persona que está atacando, o defender a la persona atacada, pero la mayor parte de las ocasiones, se elige una tercera, que puede ser la más perjudicial: ser indiferente.
Quizás te interese: La generación Z es más queer que cualquier otra.
Muchas veces se toma la opción de la indiferencia porque “no es mi problema”, “no conozco bien la situación”, por pena o por no saber qué hacer. En esas situaciones, tu acción siempre va a ser más grande que tu pasividad. No decimos que vayas a poncharle las llantas al hater, sino que en el momento en que ves que el odio y la discriminación aparecen, te pongas junto a nosotres, empatices con nosotres. Los movimientos de odio se detendrían si el agresor se diera cuenta que la persona a la que piensa atacar, agredir o violentar no está sola. Es como en los documentales de NatGeo: Los depredadores no van hacia el sujeto que está rodeado por su comunidad. Van por aquellos que están solos y que no tienen el apoyo de nadie.
La semana pasada, el 24 de febrero, un grupo de turistas fueron testigos de cómo un grupo de policías intentó arrestar a una pareja gay en Tulum por besarse en la playa, dando como justificación el que “no era adecuado porque había niños”. El arresto injusto y criminal se evitó porque las personas que fueron testigas del momento no se quedaron sentadas en silencio. Rodearon a los elementos agresores y empezaron a gritar a coro “yo también soy gay” y “no a la homofobia”, lo que hizo que se librerara a la pareja y que se pudiera realizar una acción de ley contra los elementos homofóbicos.
Los aliados son una pieza clave en nuestro camino hacia la igualdad y la aceptación, ya que, desde su privilegio, pueden ayudar en la lucha por nuestros derechos y por la igualdad que buscamos, pueden ayudar a educar a otros en su misma situación, pueden ayudar a señalar las actitudes, palabras y acciones que son violentas y que están insertadas en nuestra cultura, pueden romper los esquemas donde se nos sigue viendo como personas y ciudadanos de segunda y tercera clase.
Quizás te interese: A las personas LGBTQ+ nos falla el sistema económico.
El convertirte en aliade siempre surge desde el amor. El amor que sientes por una persona que vive y sufre la injusticia,que no te deja vivir pasivamente frente al dolor. Ser aliade es, entonces, un acto desafiante de amor frente a la injusticia. No te rías del chiste LGBTfóbico y hazle saber a la persona que lo está contando que está siendo violenta. Si ves que están agrediendo a alguien, acércate a la persona, pregúntale cómo está y cómo la puedes ayudar. Levanta tu voz y denuncia los actos discriminatorios que conozcas o de los que seas testigue.
A todxs nuestrxs aliadxs, que marchan, gritan, luchan y festejan con nosotras, nosotres y nosotros: muchas gracias.
A todes les demás, que siguen viviendo desde los márgenes de la historia: abre tu corazón, acércate a alguien de la comunidad, escucha su historia, déjate mover por la necesidad que tenemos de tu apoyo activo, y conviértete en agente del cambio que más necesitamos.