Por Andrea Ramos

Parece que en redes cada cierto tiempo se desata el “debate” donde las morras salimos a decir #YoSíTeCreo y otras tantas personas salen a decir “pero…”. Pero hoy no venimos a debatir, venimos a decir por qué SIEMPRE se le cree a una víctima de abuso, violencia, acoso, etc.
Nota: Este post está escrito con la perspectiva de la violencia hacia las mujeres, pero a cualquier víctima de cualquier tipo de violencia siempre se le debe creer.
1. Porque el porcentaje de denuncias falsas es bajísimo.
Según ONU Mujeres México, en los países donde se ha medido el porcentaje de denuncias falsas este es menor al 3%. Usar el choro de “es que ahora cualquiera te puede hacer una denuncia falsa” es ignorar la evidencia de que la gran mayoría de las denuncias, son reales y al concentrarnos en el porcentaje pequeño invisibilizamos el problema sistémico de no creerle a las mujeres.
2. Porque la víctima no gana nada.
Ni fama, ni atención, ni siquiera consecuencias adecuadas logra tener una víctima después de la mayoría de las denuncias. “Pero gana el quitarle su plataforma al vatito, ¡le arruina la vida y la reputación!”… Si esto fuera verdad, muchos pero MUCHOS vatitos no tendrían millones de seguidores en plataformas digitales, contratos con marcas o a otros vatitos comentando en redes que “Todo le molesta a las feministas. Vivan y dejen vivir.”
A las víctimas, las tiran de locas y oportunistas. Los victimarios hacen unas historias (muy pobres) de disculpas y siguen con su vida. La víctima no tiene una sola razón para mentir.
3. Porque el proceso de cada una es diferente y está bien.
¿Por qué no lo dijo antes? ¿Por qué no fue inmediatamente a reportarlo? ¿Por qué hasta ahorita que es famoso? Son algunas de las preguntas que se usan para deslegitimizar a una víctima desde el “cuándo” se hace la denuncia. Hablar desde el dolor y el trauma no es sencillo e implica un esfuerzo y trabajo a muchos niveles. Cada persona lo vive diferente y encuentra maneras de procesarlo. Cuánto tiempo le toma llegar al punto de sentirse con la fortaleza de hacer una denuncia no es asunto de nadie más que de ella.
4. Porque la violencia sexual sigue siendo usada como comedia.
No vatito, reírte de la supuesta comedia que se hace acerca de las violaciones no te hace “superior” a nadie, no significa que tengas humor negro, no te hace alivianado; lo único que significa es que eres incapaz de empatizar con miles de personas que han sido, son y desgraciadamente serán víctimas de violencia sexual. Poder “bromear” con temas tan sensibles como violar a una persona mientras duerme o hacer una amenaza de violación con “tus nalguitas serán mías” suena más a un “parece chiste, pero es anécdota”.
5. Porque nunca ha sido un debate, y la voz de unos sigue siendo más importante que la de nosotras.
Una mujer cuenta su historia de abuso y la gente le pide recibos, evidencias, dice que “no podemos sacar conclusiones”. Un vatito sube una historia diciendo “yo no fui” y la gente simplemente le cree.
Porque para ella el alcohol es el motivo por el que le pasaron las cosas, es su culpa por beber y debería controlarse. Para él es la excusa, porque al estar alcoholizado no se le puede responsabilizar de sus actos.
Dejemos de creernos ese discurso de que estamos en igualdad de circunstancias cuando todavía vivimos en una sociedad patriarcal que insiste en responsabilizarnos a nosotras por la violencia que sufrimos, que les permite a los violentos esconderse detrás de sus máscaras de supuestos aliados con frases como “yo de hecho creo que siempre se le debe creer a la víctima PERO”, que está lleno de pactos entre vatitos donde todos saben que sucede pero nadie hace nada.
“Vive y deja vivir” dicen. Mejor “vive y deja de violar”.