Hablar de sexualidad con les niñes no es importante, todavía son muy pequeñes.
La sexualidad no es algo que “aparezca” mágicamente en la adolescencia sino que nacemos con ella y la vivimos y desarrollamos toda nuestra vida. Las infancias descubren sus cuerpos a muy temprana edad y observan constantemente su entorno; estos dos elementos pueden despertar preguntas relacionadas con la sexualidad que es importante atender a su nivel y con los términos correctos.
Si recibe educación sexual le niñe estará expueste a información que no está liste para recibir.
La educación sexual funciona como cualquier otro proceso educativo: debe hacerse de manera honesta, atender a las dudas de quien la recibe, pero siempre diseñarse para el nivel que corresponde. Así como no se le enseñaría geometría analítica a une niñe de primaria, no toda la información sobre sexualidad estará disponible para elles, se les va acercando a ella poco a poco.
La educación sexual hará que les niñes comiencen más pronto su vida sexual.
Lo queramos admitir o no, les niñes comienzan su vida sexual desde tempranas edades, ya sea con la autoestimulación o buscando ver y tocar a otres con la intención de conocer y saciar su curiosidad. La educación sexual lo que hará es darle herramientas para que esa vida sexual se pueda vivir a un ritmo sano y de manera segura tanto para su desarrollo físico como emocional.
La educación sexual pone en riesgo a la niñez.
¡Al contrario! La educación sexual ayuda a prevenir situaciones de riesgo como embarazos a temprana edad o abuso y acoso sexual. La información es muy poderosa y une niñe informado sobre su cuerpo y las situaciones de riesgo en las que se puede encontrar tiene herramientas para prevenir, protegerse y denunciarlas.
Recordemos también que todas las dudas que une niñe tenga será resueltas de una u otra manera, es preferible que las resuelva en ambientes seguros con personas preparadas a que reciba información sin verificar y sin un acompañamiento adecuado.
La familia es la única que debería decidir qué se le enseña a les niñes sobre sexualidad.
El papel de la familia en la educación sexual es *crucial*, por lo que los padres y madres deberían estar completamente involucrades en los aprendizajes de les niñes; sin embargo, el diseño pedagógico, los alcances de la información y el acompañamiento deben ser determinados por profesionales. ¿Qué pueden hacer madres y padres para apoyar el proceso? Aquí algunas ideas:
Generar un ambiente de total confianza para que les niñes puedan acercarse a hacer preguntas relacionadas con sexualidad sabiendo que recibirán una respuesta certera y amorosa.
Llamar a las cosas por su nombre. Pene, vulva, menstruación, etc., son palabras que deben ser parte del uso cotidiano.
Reconocer la información que se desconoce y buscar aprender constantemente. Hay psicólogues y sexólogues especializados en la educación sexual para la niñez, entrar en contacto con elles puede ser de mucha ayuda para poder resolver dudas en casa y acompañar los procesos de desarrollo.